Una bola negra

Yo siempre he sido muy culo inquieto. Siempre me ha gustado conocer el porqué de todas las cosas, conocer otras maneras de ver y de vivir en el mundo, porque aunque suene a tópico, tenemos mucho que aprender de todo cuanto nos rodea y sobre todo de quienes nos rodean.

Una de las mejores formas de aprender es hacer preguntas. Para hacer preguntas hay que tener a quién hacerlas y para encontrar a quien hacerlas lo mejor es acudir a un grupo de discusión, a una asociación o a un grupo de personas que tengan puntos en común entre sí, y por supuesto, con las que yo también tenga cosas similares que compartir. Comencé con el grupo de Esplai Caresbrutes que me llevó a Bosnia; seguí con el JALG, con quienes aprendí cómo se puede vivir la vida desde una sexualidad distinta a la mía; luego llegó la asociación de vecinos, luchando por mejorar las condiciones de vida de la gente del barrio; y ahora, después de mucho tiempo de sequía de aprendizaje humanístico, he entrado a participar en una entidad llamada Redes Cristianas.

Quien me conozca comprenderá perfectamente porqué participo en RC. En mi primera reunión de la entidad aquí en Córdoba tuve la oportunidad de escuchar y aprender. Y también tuve la ocasión de presentarme, de explicar qué hace un laico ignorante en lo religioso en un grupo de buenas gentes cristianas que también piensa distinto. ¿Qué puedo tener yo en común? Muy sencillo: mejorar el mundo. Las personas que participaron en la reunión del otro día buscan como fin último, mejorar el mundo, luchar por la “Humanidad Una”* que formamos todos los seres humanos del mundo sin excepción. ¿Acaso no es una meta fantástica a compartir por gentes de todas las creencias del mundo (cristianos, musulmanes, budistas, laicos, ateos…)? Yo entiendo que sí, y creo poder asegurar que la mayoría de los y las asistentes también.

Cuando hablé quise ser muy sincero. Confesé en voz alta, que algunas intervenciones me habían hecho sentir como una bola negra en un grupo de bolas blancas. No soy ateo pero tampoco se muy bien si creo del todo. Me describí como laico, de socialización cristiana común en la mayor parte del mundo occidental en el que vivo. Un laico en un grupo de cristianos que sí creen, no solo en Dios sino también en la humanidad, y esto último es lo que siempre me ha unido a mis compañeros y compañeras en todas mis aventuras de aprendizaje que he emprendido en mi vida.

Redes Cristianas lucha contra las injusticias, contra una iglesia institucionalizada y anquilosada, anclada en un pasado rancio y lo hace filosófica y teológicamente, desde la fuerza que da la fe de sus miembros. Yo también quiero luchar contra las injusticias, con mi fe humanista y por eso, si me lo permiten, voy a seguir asistiendo a sus reuniones, para aprender, para hacer un mundo mejor y para, sin es de utilidad, aportar mi granito de arena.

Redes Cristianas ha redactado un Manifiesto por la Laicidad, de lectura imprescindible y de firma recomendable. Todo por que el trabajo de RC sea una semilla más para construir un mundo un poco mejor.

Manifiesto Redes Cristianas

* “Humanidad Una”, así lo definió Alfonso Marín en la reunión. El término lo apuntó él pero voy a hacerlo mío para difundirlo, con su permiso.