miércoles, 14 de julio de 2010

La Roja, la Roja.



(Fuente: El Mundo) Me gusta el nombre. Sin pretenderlo (o pretendiéndolo) se ha conseguido que los fachillas azuletes de turno adoren el color rojo y lo confundan con patriotismo. No está nada mal.

La roja, la roja. Une, eso no se puede negar, pero ¿cómo es posible que para algo tan lúdico aunque sentimental se junten millones de personas y para cosas como más imprescindibles (la crisis, las guerras, injusticias) seamos cuatro gatos los que salimos a la calle. Como dijo un profe mío, “está por hacer un estudio”.


La roja, la roja. ¿Es posible alegrarse, vivir y emocionarse porque la selección española ganó y salir a manifestarse por el tijeretazo del Estatut de Catalunya? Yo creo que sí. Para argumentarlo haría falta un tiempo que no tengo. Y ya que estamos ¿Qué es España y ser español como cantan y saltan muchos fans de la selección? Si ser español es serlo al modo franquista y una grande y libre, a mí que me borren. Si es sinónimo de pluralidad, de convivencia, de respeto por las diferencias, por las identidades, entonces y apodemos empezar a hablar. De todos modos, esto del patrioterismo, el nacionalismo español, catalán, vasco, andaluz, o el que sea) no me acaban de convencer demasiado...
 

La roja, la roja. Me alegro mucho, oye. Sobretodo por los chavales de la selección, que se lo han currado. A ver si se les pega algo a los políticos y se coordinan y trabajan en equipo por sacar a este país y todos nosotros de la crisis. Un poco más de democracia cívica (y no solo electoral) no estaría mal, señores.

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