martes, 5 de octubre de 2010

Aznar, ¿el peor ex jefe de Gobierno del mundo?

Crónicas desde EEUU.  Pablo Pardo. Colaborador de EL MUNDO en Washington.

(Foto: Malvarosa-connection)
 
En EEUU, existe un grupo de revistas más o menos serias que se han especializado en titulares basados en llevar la contraria. The Atlantic Monthly es un buen ejemplo, con sus historias acerca de cómo será… y luego ponga usted lo que quiera: un ataque de Israel a Irán, EEUU tras la actual crisis, la próxima crisis, el próximo presidente... Es una mezcla de análisis y de provocación muy eficaz en la era de Internet, que es a fin de cuentas lo que ha hecho famosos a gente como Nouriel Roubini, Simon Johnson, Joseph Stiglitz y Paul Krugman.
Una revista de ese estilo es Foreign Policy, que incluso tiene una sección titulada Think It Twice, o sea, “Piénselo otra vez”. Últimamente, Foreign Policy le ha cogido el gusto a las series. Los peores presidentes, o los hombres más peligrosos del mundo, por ejemplo.

Esta semana, la web de Foreign Policy nos obsequia con la serie de los peores ex jefes de Gobierno del mundo. Y cita a cinco: el socialdemócrata alemán Gerhard Schroeder, el conservador español José María Aznar, el nigeriano Olesegun Obasanjo, el filipino Joseph Estrada y el tailandés Thaksin Shinawatra.

La verdad es que la clasificación es desproporcionada. No es lo mismo, por ejemplo, ser un ‘lobbista’ a sueldo de Rusia (Schroeder), que tratar de robar unas elecciones (Obasanjo), derrocar a un Gobierno (Shinawatra) o estar metido hasta las cejas en casos de corrupción (Estrada).

En el caso de Aznar esa confusión de criterios es evidente. El ex presidente español se sitúa entre los cinco peores del mundo por sus declaraciones tras haber dejado La Moncloa, entre ellas la de que los musulmanes deberían haber pedido perdón a España por ocupar el país (algo que desveló este periódico, no en ningún alarde de investigación, sino por la sencilla razón de que yo era el único periodista que estaba en aquel acto, que era tan irrelevante en Washington y en el que el Hudson Institute no se había molestado en invitar a nadie de la prensa).

No cabe duda de que Aznar ha tenido una especial habilidad para decir lo que puede causar más daño a su propio partido, y también para hacer la guerra por su cuenta en Washington, sin coordinar sus actividades con la Embajada. No cabe duda de que su apoyo incondicional al ala más dura del nacionalismo judío israelí irrita a muchos, incluyendo a muchos judíos. Y no cabe duda de que sus declaraciones, en ocasiones, son surreales, como cuando calificó a Obama de “exótico”.

Pero más allá de todos esos condicionantes, no deja de ser paradójica su inclusión en la lista. Lo que me lleva a una última reflexión: en el mundo actual, lo que digas (Aznar) es tan o más importante que lo que hagas (los otros cuatro). Y eso vale tanto para políticos como para ex políticos. Y también para el ciudadano de a pie.

2 comentarios:

maginelmago dijo...

Leo en Revista del Vallès la entrevista a la opositora Olano, del PP de Granollers, osea en la oposición (de ahí el sutil juego de palabras con el que he sazonado esta frase). Además es "Tertuliana de Intereconomía" (en Más se perdió en Cuba). Un buen currículum para darse a conocer. Allí le preguntan sobre algo que se sabe en Catalunya: el aumento de votos y escaños de ERC fue propiciado por la existencia política de Aznar. Responde Olano: "Aznar es importante para la Historia,pero tanto como para atribuirle eso..." En realidad, las repercusiones variadas de las palabras y los hechos de Aznar han sido muy importante. Así que entre los cinco "más algo del mundo" tiene que estar. No pienso desmentir lo que dice ese diario, e incluso lo ampliaría a antes de ser expresidente (cuando era opositor de la oposición pero cobraba como Jefe de Gobierno).

Alfredo Ruiz Sánchez dijo...

lo de Aznar no tiene nombre. Si tan siquiera categoría donde clasificarle. Pero la opositora esta tiene más razón que un santo. Aznar debería salir a la palestra en las elecciones catalanas si alguien quiere que se reedite el tripartito, o en las generales si el deseo es que ZP siga de presi.

La libertad política implica la libertad de expresar la opinión política que uno tenga, oralmente o por escrito, y un respeto tolerante hacia cualquier otra opinión individual. Albert Einstein


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